¿Quién dijo que una marca simple es aburrida? Desde el primer instante que abordé el proyecto quise dotar a la marca de una fuerte personalidad en su uso más que en su logotipo, siguiendo la tendencia de las firmas de moda donde su logo actúa como sello simplista, mientras que en sus ejecuciones de la marca hay un mundo infinito de posibilidades e intenciones.

Para su desarrollo se ha jugado con los dos colores básicos que componen la marca, el blanco y el negro, donde interactúan en el desarrollo de las piezas corporativas jugando a la arbitrariedad. Cada una de las piezas puede ser de un color u otro o incluso de los dos.

Para dotar a la marca de personalidad se han desarrollado dos lenguajes visuales que como antes, pueden aparecer en cada uno de los dos colores. Uno de ellos es un patrón, que recuerda a las aplicaciones de las marcas de moda de alta costura, y otro donde el lenguaje directo y tipográfico nos inunda con mensajes que interactúan con el usuario que recibe la pieza.